22 april 2008

Chile: el loco, la píldora, el cobre y la victoria del pueblo paraguayo

por Andrés Figueroa Cornejo (Chile)
lunes, 21 de abril de 2008
1.
El 18 de abril, un indigente con trastornos mentales prendió fuego a una estatua de la Virgen del Carmen en la Catedral de Santiago. Es la misma figura a la que Pinochet rindió sendos homenajes cuando se salvó de una acción de ajusticiamiento por parte de un destacamento del Frente Patriótico Manuel Rodríguez, en septiembre de 1986, en plena dictadura militar. La oficialidad del Ejército chileno llama a la imagen de madera “La patrona de Chile”, cuando, en realidad, es la patrona de los patrones de Chile. Inmediatamente, la prensa integrista, digitada por los intereses de la clase dominante y los sectores más reaccionarios de la Iglesia Católica, pusieron el grito en el cielo, y convirtieron la conducta de un hombre que vive en la calle, se alimenta de la mendicidad y es víctima de severos desórdenes mentales, en un ataque al “alma nacional”. El hecho –insignificante en sus alcances- fue convertido en noticia, gatillando, una vez más, la irracionalidad y la ignorancia de un sector del pueblo católico a estatura axiológica incuestionable.

Textos evacuados por un médico argentino –Horacio Boló- señalan que en la Edad Media a los locos se les consideraba poseídos por el diablo, que estaban embrujados y que muchas veces se les quemaba en la hoguera. Según el francés Michel Foucault, los locos, en esa misma época, también eran portadores, a ojos de la comunidad, de poderes fantásticos y sus dichos eran consideradas alucinaciones con rangos de autoridad. En el Chile popular se dice que los borrachos, los niños y los locos, siempre dicen la verdad.

A millones de años luz de la sensibilidad profunda de los cristianos que asocian la vida de Jesús al amor al prójimo y a la emancipación de los pobres; los ricos iconografican a través de la religión sus glorias de clase, multiplicando la superstición y blindando sus lógicas de poder con una fe que confina a las clases subalternas al conformismo, la resignación y la espera de un mejor mundo después de la muerte, naturalmente. En nombre de Dios, los conquistadores hispanos y luego la oligarquía chilena construyeron un orden estructuralmente injusto y funcional a sus apetitos sin límites.

Premoderna, parte del alto clero de la Iglesia Católica chilena, no escatima oportunidad para retornarnos a la oscuridad más primitiva de la Edad Media. No es casual, entonces, que tuviera que ser un “loco” el que cometiera semejante sacrilegio. La interpretación de la quema de la Virgen del Carmen ofende la inteligencia y recrea, casi surrealistamente, un mundo y un Chile, donde el Dios de los poderosos convive tranquilamente con un capitalismo a ultranza. Por abajo, explotan sin medida, y por arriba nos castigan con los horrores del infierno. Combinación que ofende a la inteligencia, pero que funciona todavía.

2.
Dura es la pelea popular por revertir el fallo del Tribunal Constitucional –un puñado de personajes ultra derechistas elegidos por nadie- respecto de su determinación de declarar inconstitucionales las Normas Nacionales de Regulación de la Fertilidad, originada en un recurso solicitado por parlamentarios archi conservadores (por ellos que todavía el amor se hiciera con la luz apagada y sólo con fines reproductivos). Según los diputados dinosáuricos, desde el añoso dispositivo intrauterino (“T” de cobre) hasta la Píldora Anticonceptiva de Emergencia distribuida en los consultorios de salud públicos, “avalarían métodos abortivos”. De hacerse efectiva la medida, casi tres millones y medio de mujeres se verían perjudicadas.

De acuerdo a investigaciones realizadas por la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, al prohibirse los métodos anticonceptivos, la tasa de abortos podría alcanzar la cifra de 275 mil al año, superando la cantidad de nacimientos. Un aspecto relevante, tiene que ver con que, de todas maneras, las mujeres que cuenten con los recursos suficientes igual podrán suministrarse los medicamentos anticonceptivos y hacerse abortos con los resguardos necesarios en las clínicas semi clandestinas que realizan esta práctica.

En los hechos, son las mujeres pobres las que sufrirían, una vez más, los delirios medievales de un grupo ultra conservador que es capaz de tomar decisiones por millones de personas. Es decir, hasta el placer humano más básico sería monopolio de quienes tienen con qué pagar. La Iglesia patronal, por su parte y como era de esperar, ha tomado partido por la determinación del Tribunal Constitucional. Pero ya han comenzado las movilizaciones de mujeres y hombres contra la medida.

Lo importante aquí, es revelar el carácter de clase del contexto de producción de la decisión, y a quiénes, efectivamente, afectará. La minoría privilegiada continuará empleando los métodos anticonceptivos o el aborto (en Chile o en el extranjero) para controlar su natalidad. Mientras, la mayoría pobre –condenada a multiplicarse para dotar de mano de obra barata a un modelo de explotación de un país con cada vez menos juventud y que envejece rápidamente- es la mandatada a rechazar el fallo constitucional. La peor de las derechas (si existe alguna menos siniestra) extiende sus fueros y predominio, ya no sólo en el Poder Legislativo, sino que avanza en el Poder Judicial y ahora, en el Tribunal Constitucional. La Concertación muerde su impotencia relativa, y las tareas de la izquierda anticapitalista demandan su veloz recomposición.

3.
En 1971, bajo el gobierno de Salvador Allende, el Congreso, por unanimidad aprobó la Ley de Nacionalización del Cobre. Durante la dictadura pinochetista y los gobiernos civiles de la Concertación su proceso de venta y privatización al capital monopólico transnacional –atentatorio a los intereses de las grandes mayorías- ha jibarizado la propiedad estatal a un simbólico 30 %, y menos. La actual Corporación Nacional del Cobre (CODELCO) ha declarado que enajenará el 49 % del nuevo yacimiento Gabriela Mistral a capitales chinos (Minmetals), uno de los más importantes importadores de cobre nacional. Junto con la venta de la mina que lleva el nombre de la primera Premio Nobel de Literatura chilena, CODELCO ya vendió por adelantado parte de su producción, a cambio de 550 millones de dólares, de los cuales 55 millones de dólares, engordarán las cuentas de las Fuerzas Armadas de acuerdo a la tiránica Ley Reservada del Cobre. A contracorriente del conjunto de gobiernos pro populares del Continente (y de países europeos, y la propia Rusia post soviética), el gobierno chileno aplica a rajatabla las políticas del neo capitalismo más ortodoxo y antipopular, y persevera en las privatizaciones de los recursos estratégicos.

Sin embargo, y afortunadamente, la Federación de Trabajadores del Cobre ya ha manifestado su oposición y ha amenazado con paralizar sus faenas de materializarse la transacción comercial. Ahora, sería una obligación decisiva para el conjunto de los trabajadores y el pueblo, que los trabajadores de planta de CODELCO conjuntaran su eventual lucha con los sectores subcontratistas del mineral rojo en orden a levantar como plataforma única la renacionalización de los yacimiento cupreros, saltando los intereses corporativos, aunando fuerzas, y convocando a la comunidad nacional a movilizarse masivamente por una demanda histórica y extraordinariamente sensible. Por el presente y el porvenir. Por justicia y necesidad. Por el decoro y las posibilidades de desarrollo de Chile.

4.
En octubre de 2007, Martín Almada, Premio Nobel de la Paz Alternativo, paraguayo de estatura humana incuestionable y luchador inagotable por los Derechos Humanos, me dijo en una entrevista en Chile que “Paraguay es el país que tiene mayor energía y electricidad en América Latina. Pero los pobres cocinan a leña porque la electricidad es cara. Ahora tenemos un candidato, Fernando Lugo, que simpatiza con Chávez, Evo y Rafael Correa. Nosotros tenemos elecciones el 2008 y se presentará este candidato presidencial que simpatiza con el socialismo del siglo 21. Pero ya vemos a la diplomacia norteamericana, al Nuncio Apostólico y la burguesía en contra. Lo bueno es que estamos perdiendo el miedo. Eso lo siento en Chile, el año pasado con la reacción estudiantil y ahora con la movilización de los trabajadores. Y ello para nosotros es un ejemplo en el país espejo del neoliberalismo. En Paraguay ya no podemos confiar en los políticos tradicionales. Nosotros debemos hacer nuestra propia administración".

Me imagino su hermandad sonriente con los de abajo y su rostro endurecido contra los poderosos. Y me imagino su alegría extraterrestre ante la victoria presidencial del pasado 20 de abril del ex obispo paraguayo, Fernando Lugo, quien obtuvo más del 40 % de las preferencias, en la fórmula política del Partido Alianza Patriótica para el Cambio. Después de 61 años de gobierno del burgués, corrupto y criminal Partido Colorado, Fernando Lugo, hijo del Cristo popular, militante declarado de la Teología de la Liberación, se hace del Ejecutivo. Y si bien, la tarea recién está en la cubierta del gran libro de la emancipación de los trabajadores y el Pueblo, la victoria electoral de Lugo arroja un nuevo haz de esperanza para la Patria Grande.

Al respecto, y a la luz de los acontecimientos que han ocurrido en Venezuela, Bolivia y Ecuador, es posible aventurar la agudización de la política imperialista para la Región, cuyos satélites nucleares se encuentran en Colombia, México y Chile, en distintas proporciones. Ahora bien, una cosa es ganar el Ejecutivo –como ocurriera con Salvador Allende- y otra, lograr la materialización coherente y plena de una sociedad de nuevo tipo, una que firmemente capitaneada por el pueblo blindado orgánica y políticamente, camine, pese a todas las dificultades, hacia la hegemonía de los trabajadores, obreros, campesinos y pobres. Y cuya aspiración estratégica esté asociada a resolver las contradicciones fundamentales del capitalismo; es decir, el fin de un sistema complejo donde la producción social y colectiva de la riqueza fundamenta los privilegios de una minoría; que los antagonismo provenientes de la relación conflictiva entre capital y trabajo se sinteticen a favor del segundo; y que las injusticias estructurales que produce una sociedad de clases sean la prehistoria del futuro latinoamericano.

Las maneras serán, a la usanza de José Carlos Mariátegui (el coloso peruano), “creación heroica” y no llevan otro signo que la edificación del socialismo continental, la solidaridad internacionalista, el poder popular y la lucha antiimperialista. Paraguay, sin duda, luce hoy, la memoria y el porvenir de nuestras esperanzas.

-El autor es Miembro del Polo de Trabajador@s por el Socialismo
Abril de 2008