Con un cacerolazo y planes de una marcha multitudinaria para este jueves finalizó la primera jornada del paro nacional de 48 horas convocado por la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) en Chile y que este miércoles logró la participación del 80 por ciento de los empleados públicos, según indicó la sindical. A pesar de represión policial, los protestantes insisten en continuar demandando mejoras laborales.
Según el diario local La Tercera, el cacerolazo se llevó a cabo en la noche de este miércoles en el sector de Plaza Italia y Plaza Ñuñoa, en la capital, Santiago.
El medio también reseñó que en el frontis de la Universidad de Chile, en pleno centro de de la misma ciudad, los estudiantes acompañaban los cacerolazos con música.
Los dirigentes del CUT Informaron que luego de horas de debate, la Superintendencia aprobó una marcha para este jueves que partirá de cuatro puntos diferentes pero que, contrario a lo que se tenía previsto, no marchará cerca del Palacio de La Moneda (sede del Ejecutivo).
Este jueves también se cumplirá la segunda jornada de este paro nacional, que es el primero que enfrenta en sus 17 meses de gobierno del presidente Sebastián Piñera, pese a que se habían registrados otros que eran segmentados por gremios.
La primera jornada de este paro, que exige reformas laborales y denuncia la indiferencia aplicada por el gobierno de Piñera, fue calificada como “un gran éxito” por la CUT y el gremio estudiantil.
La corresponsal de teleSUR en Chile, Javiera Olivares, reportó que según la CUT, al menos el 80 por ciento de los trabajadores públicos se unió a la iniciativa del paro pese a que el Gobierno le había restado importancia.
Durante la jornada, diversos focos de disturbios se produjeron en varias ciudades del país, debido a que los agentes policiales querían impedir protestas.
La jornada terminó con 348 detenciones y 46 heridos, según informó el ministro portavoz de Gobierno, Andrés Chadwick.
Ante las demandas de los trabajadores, el Gobierno de Chile aseguró el lunes que las peticiones que exigen los convocantes son "vagas y poco oportunas", por lo que pidió a la CUT y a los estudiantes presentar propuestas "precisas” y “concretas".
El paro exige la utilización de los plebiscitos como método de expresión de la voluntad popular, la re nacionalización del cobre, una reforma nacional tributaria y una nueva constitución que reemplace a la impuesta por la dictadura militar de Augusto Pinochet (1973-1990).