El sacerdote acompañó a la hermana de Mauricio Hernández Norambuena, Laura Hernández, a la cárcel de alta seguridad de Cantanduva, en Brasil.
Mauricio cumplirá en febrero siete años de prisión, bajo condiciones inhumanas, tras su detención junto a otros compañeros, acusados del secuestro del empresario Washington Olivetto. Los cuatro detenidos fueron condenados en primera instancia a 16 años de presidio, reconociéndoles el motivo político en sus actos pero, en una segunda instancia, se les desconoció el carácter político de su accionar y se les condenó a 30 años de prisión.
Sus otros compañeros son: los chilenos, Alfredo Canales Moreno y Marco Rodríguez Ortega, militantes del MIR-EGP (Movimiento de Izquierda Revolucionaria-Ejercito Guerrillero de los Pobres); los compañeros colombianos, Marta Urrego Mejía y William Gaona Becerra y la compañera argentino-española, Karina Germano López. Siendo Mauricio, el único de los detenidos que desde el principio de su detención sufre un tratamiento de regimen diferencial, en tanto que él, no ha cometido ninguna falta en el recinto carcelario, sometiéndosele a un aislamiento inhumano.
Chile ha solicitado su extradición para que termine de cumplir la condena en su país de origen. Mauricio Hernández, por ser uno de los máximos líderes del Frente Patriótico Manuel Rodríguez, en ese entonces, "Comandante Ramiro", estaba sentenciado a muerte por los aparatos de seguridad de la dictadura de Pinochet. Por el trabajo de inteligencia que realizó "la oficina" detienen al comandante Ramiro, en Curanilahue, en el 1993.
El organismo de seguridad, denominado "La Oficina", primero fue comandado por Belisario Velasco, bajo el Gobierno de Patricio Aylwin, después pasó a ser dirigida por Marcelo Chilling, alto dirigente del Partido Socialista de Chile. Hoy, este organismo de seguridad chileno, ya no se le conoce como "la oficina", su nombre es, Agencia Nacional de Inteligencia (ANI). Después de la detención de Mauricio, el Poder Judicial lo condena a dos cadenas perpetuas. Pero, el 30 de diciembre del 1996, logra ser rescatado en helicóptero desde la cárcel de alta seguridad (CAS) junto a otros tres compañeros rodriguistas. La prensa burguesa denominó este rescate como la "fuga del siglo". Mauricio tiene hoy, una celda de 3 por 2 metros, con una cama de cemento y una taza de baño. Puede salir de su celda, a penas, 2 horas al día y en la más completa soledad. No puede tener contacto alguno, con otros detenidos. Sólo puede recibir vistas de sus familiares más cercanos, una vez cada tres meses, únicamente por tres horas. La visita del sacerdote Alfonso Baeza, es la primera visita fuera de su familia. No tiene acceso a los medios de comunicación, no se le permiten libros. El estado de salud, tanto físico como psíquico, denota un grave deterioro. Lo agobia un tumor en la garganta que demanda atención médica especializada. Las imágenes del vídeo que pueden ver a continuación son elocuentes, hablan por sí solas. Mauricio Hernández Norambuena está sometido actualmente, a medidas extremadamente duras en la cárcel de Cantanduva, medidas reglamentarias totalmente desproporcionadas. Es, como contó una vez el fallecido líder de los Tupamaros del Uruguay, Raúl Sendic..."lo encerraban para volverlo loco ya que no lo podían matar", esto se lo decían sus carcelarios. Ver vídeo: Mauricio Hernández Norambuena